Las neuronas son células nerviosas que envían y reciben impulsos eléctricos, conocidos como neurotransmisores, con los que se comunican entre si, formando redes o sinapsis neuronal, con la que se promueve la actividad cerebral que nos hace los que somos.
En base a este “trabajo en equipo” a nivel neuronal, creamos nuestras decisiones, comportamientos, lenguaje y todo lo que nos hace seres humanos independientes. La sinapsis es la fuente de la actividad cerebral. El motor de nuestro cuerpo es el cerebro y su combustible es la conexión neuronal.
Dentro del cálculo aproximado de 100 mil millones de neuronas que tenemos en promedio en nuestra vida, ya que con el paso del tiempo muchas neuronas mueren naturalmente y otras van naciendo en base a la constante formación de sinapsis neuronales, en un proceso que se denomina neurogénesis (en castellano: a mayor uso de nuestro pensamiento intelectual, más inteligentes nos volvemos), se encuentran las llamadas neuronas espejo.
Este tipo de neuronas son las que nos permiten el aprendizaje por imitación y reconocer lo que otra persona siente o piensa. Es decir, se cree que son el mecanismo que nos permite imitar y empatizar socialmente.
Las neuronas espejo son aquellas que hacen que copiemos el comportamiento de nuestro circulo social, imitando sus acciones y generar rapport (sintonía) entre 2 o más personas.
Seguro alguna vez hemos visto a 2 personas conversando y sin escuchar lo que decían, pudimos identificar que estaban en sintonía y en plena conexión, tal vez ambos sonreían, y sus movimientos corporales eran similares. Estaban haciendo rapport en base a sus neuronas espejo.
A través del sistema espejo imitamos el comportamiento del otro. Siempre existirán sus excepciones, por ejemplo si recién conoces a una persona, tal vez no te sientas seguro de querer conectar con ella, ya que tu fase de confianza tiene un ritmo más lento que la de aquella persona que acabas de conocer. Pero cuando llegues a entrar en confianza con ella, en base a tu sistema espejo, imitarás la forma en que dicha persona, o cualquier otra, te trata, te habla y te hace sentir. Y viceversa.
¿Alguna vez te han contagiado un bostezo? ¿Y una carcajada?
En base a esto se generan muchas amistades, romances y desavenencias. Por ejemplo, cuando 2 personas se llevan mal, sin saber la causa exacta, se debe a que en algún momento una de ellas, mientras atravesaba seguro un mal momento personal, hizo o dijo algo de forma poco asertiva, a lo que la otra persona reaccionó por espejo, y de inicio empezaron mal. Y se creó la bola de nieve que formó la ahora antipatía incógnita.
De ahí que el paso del odio al amor, está a una conversación profunda de distancia.
Las personas respondemos de la misma forma en la que nos han tratado de inicio, en sociología se conoce como “Principio de Reciprocidad”, término utilizado por Cialdini para referirse al interés que tenemos las personas por devolver aquello que nos han dado anteriormente.
Podemos pensar como es nuestro mundo, si es amigable y bueno o si por el contrario es hostil y malo. Si tenemos muchos amigos, buenas relaciones, si nos llevamos bien con la gente, si las personas están dispuestas a colaborar con un favor para nosotros, o si sucede lo contrario.
Robert Cialdini lo llama Principio de Reciprocidad. Carnegie lo llama "simpatizar" con lo que otro piensa o siente.
En base al sistema espejo, el mundo que tenemos es el mundo es la consecuencia de lo que hemos creado previamente. Las personas que interactúan en nuestro mundo, están respondiéndonos en base a la reciprocidad o imitación.
El sistema espejo funciona a través de la espontaneidad o intencionalidad. En el primer caso es sincero y en el segundo se hace con la intención de luego buscar algo en nuestro beneficio, lo que se podría interpretar como manipulación. Cada quien se maneja en base a sus propios valores. Si regalas al mundo sonrisas y buena entonación, crearás ese microclima a tu alrededor y será lo que recibas de vuelta.
Podemos aumentar nuestro carisma forzándolo de inicio, ante lo cual las personas reaccionarán de la misma forma y de ahí todo fluirá en un ambiente de buen rollo. Si queremos más amigos y mejores relaciones, somos nosotros los que debemos empezar y el sistema espejo actuará en favor nuestro.
Para vivir en un mundo más amistoso y más altruista, no es necesario cambiar de lugar de residencia, es necesario crear ese ambiente de amistad y altruismo.
Recuerda que la gente te dará lo que ha recibido previamente de ti, en actitudes, formas, gestos, miradas, entonación, palabras, etc.
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